Todo comenzó el pasado 14 de mayo, cuando Nacional festejó su 121 aniversario y lanzó una campaña en la que los hinchas pueden certificar de manera digital su condición de partidarios del club y obtener un "certificado oficial de hincha" que los reconoce como tal. En pocas horas, cientos de uruguayos formaron parte de la iniciativa, pero lo llamativo llegaría días después.

Muchos de los hinchas "nacionalizados" empezaron a experimentar cierta reticencia a terminar obras que habían comenzado en sus casas. Los testimonios comenzaron a aparecer en redes sociales. El primer registro que se conoce fue el sábado 16 de mayo, cuando el joven Sebastián Barrios, de profesión carpintero, publicó en su cuenta de Twitter (@sebazbolsolocura): "No sé qué me pasa, pero estoy desde el jueves para terminar de barnizar un mueble y no puedo. ¿A ustedes también les pasa?".

Lo que parecía una simple anécdota despertó muchos comentarios que llamaron la atención de Sebastián. "Me llegaron 167 respuestas de hinchas de Nacional y a todos les pasaba algo parecido", contó. Los tweets daban cuenta de todo tipo de situaciones, desde una madre que estaba pintando el cuarto de su futuro hijo y desde el jueves que daba vueltas para darle la segunda mano, hasta otro hincha que había abandonado por la mitad la construcción del parrillero de su casa a pesar de ya contar con los materiales. Todos tenían algo en común: al día siguiente de "nacionalizarse" dejaban obras sin terminar en sus casas.

Aunque esta semana el fenómeno siguió expandiéndose por todo el país desde el club negaron saber nada al respecto. "La verdad que estamos muy contentos con esto de nacionalizate y vamos a seguir adelante con la campaña según lo planificado", declaró un dirigente de Nacional desde una silla de plástico, a la intemperie, en uno de los palcos sin terminar del Gran Parque Central.

Se espera para esta semana una reunión clave para tratar las posibles repercusiones del avance de la campaña "nacionalizate" en la Industria de la Construcción. Representantes de la Cámara de la Construcción del Uruguay (CCU) y el Sindicato Único Nacional de la Construcción y Afines (SUNCA) ya plantearon su preocupación al respecto. "Pudimos con el coronavirus pero no sabemos qué puede pasar con esto, si de golpe se paraliza la construcción y todo queda a medio hacer sería un desastre desde todo punto de vista", se lamentaron.