El 16 de enero de 2018 fue el día en que el mundo conoció que Ronaldo de Assis Moreira o Ronaldinho, como lo conocemos, se retiraba del fútbol. Pero para este 2020, nos tenía una sorpresa.

Un año antes de su retiro, el nombre del futbolista brasileño llegó a nuestro país. Se hablaba de una inminente incorporación de la estrella mundial a Nacional. La ilusión del pueblo tricolor era tan grande como la sorpresa.

Nadie esperaba una noticia de ese calibre, aunque al mismo tiempo estaban los descreídos. Los que luego se adjudicaron la razón. Cuando se hizo público que la diferencia podría ser económica, no faltó la voluntad de colectivos para juntar el dinero suficiente para que Ronaldinho vistiera la del bolso. Veinte días después, la negociación estaba cerrada y el futbolista no sería parte del plantel.

A fines de 2019 el propio hermano de Ronaldinho fue quien levantó el teléfono. Le hizo saber a los dirigentes de Nacional que quería volver al fútbol, que lo extrañaba. Buscaba un club con historia, que jugara la copa y le sirviera de vidriera. Nacional parecía ser ese club. Había un solo pedido de la dirigencia, no ocupar una ficha extranjera. Un pedido que sorprendió al representante, pero se comprometió a resolverlo. Según comentan, él mismo dijo: "Me encargaré de que Dinho saque un pasaporte, en un mes estaremos allí".

A su favor, cumplió con su palabra. Le consiguió un pasaporte y volaron para encontrar a su nuevo club que le permitiría volver a enamorar al fútbol. ?Pero el romance entre Nacional y Ronaldinho terminó cuando en vez de aterrizar en Uruguay, lo hizo en Paraguay. Cuando nadie los fue a recibir al aeropuerto el representante de Dinho llamó y les hizo saber su molestia. Del otro lado le respondieron: "Somos Nacional de Uruguay, no de Paraguay."

La falsificación del pasaporte, el partido en la cárcel y su nueva vida ya es historia conocida.

* No Seas Malo es un espacio humorístico que parodia el mundo del fútbol. Sus noticias no son reales (aunque muchas podrían serlo).