Contenido creado por Valentina Castillo
Una vuelta por el pasado
Escribe Juan Pablo Taborda

Una vuelta por el pasado de la vieja e histórica Copa Intercontinental (II)

La década del ’70 había comenzado con todo en lo que respecta a títulos para el fútbol uruguayo, pero en el resto fue una sequía total.

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2018-12-11T18:00:00-03:00
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La década del  ’70 había comenzado con todo en lo que respecta a títulos internacionales para el fútbol uruguayo, de la mano de Nacional en 1971 se había conseguido la cuarta Libertadores y la tercera intercontinental para nuestro país, pero en el resto de la misma fue una sequía total, no se llegaba ni a la lucha por el cetro continental.

La nueva década amanecía con un cambio de rumbo, ya que Nacional bajo la dirección técnica de Juan Martín Mugica, lograba se segunda Libertadores, en partidos de ida y vuelta en la definición ante el Internacional de Porto Alegre conseguía la Copa para las vitrinas de la calle 8 de Octubre, 0 a 0 en Brasil y 1 a 0 la noche del  6 de agosto, gol convertido por Waldemar Victorino.

Esto le daba la posibilidad de jugar por la Copa del Mundo ante el campeón de Europa,  en esta oportunidad ante el Nottingham Forest inglés, pero como venía siendo una constante,  los campeones europeos no se presentaban, o en su defecto lo hacía el vice, por tal motivo la dirigencia tricolor encabezado por Dante Iocco, previa consulta ante la CONMEBOL y UEFA se pusieron en contacto con sus pares ingleses para disputar la Copa en un encuentro único, fue así como nació la Final Intercontinental en Japón, más precisamente en el Estadio Nacional de Tokio.

Entre las negociaciones y la disputa de la Copa de Oro, la final del Mundo correspondiente al año 1980 se marcó para el 11 de febrero de 1981.
La madrugada uruguaya de aquella jornada de verano fue toda en tres colores, ya que un gol a los 10 minutos de iniciado el partido a cargo de Waldemar Victorino fue el tanto que llevó al capitán Víctor Esparrago levantar una nueva Copa del Mundo, tanto para su club como para el fútbol uruguayo todo.

Foto: Nacional campeón Intercontinental 1980

Foto: Nacional campeón Intercontinental 1980

Fueron 16 años de sequía internacional para Peñarol, pero en 1982 el equipo de Hugo Bagnulo con los goles de Fernando Morena y de un gran equipo, consiguieron derrotar en las finales al Cobreloa de Chile, empate en el “Centenario”, y victoria agónica en Santiago.
Los carboneros sumaban su cuarta Libertadores  y también poder pelear por la del Mundo en el mes de Diciembre ante los ingleses  del Aston Villa.

El equipo uruguayo fue superior, quedando demostrado tras los goles del brasileño Jair y de Walkir Silva para redondear un 2 a 0 y así sumar la tercera Intercontinental para Peñarol y la quinta para el fútbol uruguayo.

 

Foto: Peñarol campeón Intercontinental 1882


Foto: Peñarol campeón Intercontinental 1882

En el año 1987, los aurinegros pudieron sumar un título mundial más, se habían ganado el derecho tras la quinta Libertadores conseguida en Chile cuando el triunfo agónico ante el América de Cali con el gol anotado por Diego Aguirre cuando se jugaba el último minuto del alargue.
En Tokio lo esperaba el Campeón de Europa, el Porto de Portugal, pero ante una situación climática inhóspita, jugando en la nieve, cayeron por 2 a 1.

Al año siguiente, 1988 quedó marcado en la mejor historia de Nacional, pues se hicieron fuerte en todo el continente y lograron su tercera Copa Libertadores, tras ganarle al campeón argentino  Newell’s Old Boys de Rosario la definición, cayó 0 – 1 como visitante pero lo pasó por arriba en la revancha con un contundente 3 a 0.

Fue así que tendrían que jugar por la Final del Mundo, ante los europeos del PSV Eindhoven, una selección con ropa de club, tenían varios jugadores de la selección holandesa que se había proclamado campeona de Europa, al capitán de Bélgica Eric Gerets, al danés Soren Lerby, y el brasileño Romario.

En una de las finales más dramáticas que se tenga historia, Nacional logró conseguir la Copa del Mundo tras ganarla en la definición por penales.

Santiago Ostolaza había abierto el marcador a los 8 minutos, Romario empató en el 75, se fue de esta manera al alargue, tras un penal dudoso, Ronald Koeman había puesto en ventaja a los holandeses a los 5 minutos del segundo chico, y en la última jugada del partido, tras un córner también polémico, nuevamente “El Vasco” empataba y por ende se iba a dirimir el campeón desde los doce pasos.

Con el paso de los penales, la figura de Jorge Seré fue creciendo, le atajó el disparo a Wim Kieft, que le podía dar la tranquilidad a sus compañeros, pero tanto Daniel Carreño, como Héctor Morán desperdiciaron sus disparos, dejando en el pie del danés Lerby la copa, pero nuevamente Seré salvó a su equipo.

La dramática final no cesaba, el golero albo le tapa el penal al belga Gerets, pero José Pintos Saldaña estrelló el balón en el travesaño y la agonía continuaba, nuevamente Seré atajo otro disparo, ahora a Van Aerle, y esta vez sí, Tony Gómez puso el penal, para el delirio de todo el pueblo tricolor, Nacional sumaba su tercera Intercontinental y la sexta para el fútbol uruguayo.

 

 

Foto: Nacional campeón Intercontinental 1988

Foto: Nacional campeón Intercontinental 1988