Una vuelta por el pasado
Escribe Juan Pablo Taborda

Una vuelta por el pasado: El partido del siglo

Luego de marcar el gol que empataba el partido contra Hungría en el Mundial de 1954, Juan Eduardo Hohberg se desvaneció en el suelo. Tiempo después, se comentó que había sufrido un paro cardíaco luego del festejo.

04.02.2020 16:56

Lectura: 4'

2020-02-04T16:56:00
Compartir en


Luego del encuentro del 30 de junio de 1954 cuando Hungría derrotó por 4 a 2 a Uruguay por las semifinales del Mundial de Suiza 1954, quedó para todo el mundo del fútbol, que este había sido el "Partido del Siglo".

Tiempo después la FIFA denominó al partido entre Italia y Alemania, también en etapa semifinal en México 1970 con esa característica, ganó la azzurra frente a los teutones por 4 a 3, de hecho, hay una placa en el Estadio Azteca.

Pero volvamos a la tarde a Laussana, los uruguayos venían invictos en los Mundiales, habían conquistado los Juegos Olímpicos/Mundial de 1924 en Colombes, 1928 en Ámsterdam, 1930 en Montevideo y 1950 en Rio de Janeiro, no habían concurrido a las Copas del Mundo de 1934 en Italia y 1938 en Francia.

En esa Copa de Suiza, también habían cosechado victorias, ante Checoslovaquia 2 a 0, Escocia 7 a 0, correspondiente a la serie y en cuartos de final 4 a 2 a Inglaterra.

Mientras que Hungría venía siendo la sensación de Europa, además de haber conquistado el Oro en los Juegos Olímpicos de Helsinki en 1952, había humillado a los "Inventores del fútbol", Inglaterra, 6 a 3 en Wembley (primera derrota sufrida ante una selección no británica) y luego en 1954 en Budapest, la goleada sería por 7 a 1.

En la serie mundialista, también supo cosechar victorias y goleadas, 9 a 0 a Corea del Sur y 8 a 3 a Alemania, por los cuartos de final, superaron a Brasil por 4 a 2.

Fue así que se juntaron en la penúltima etapa mundialista, dos potencias, pero como sucedía en aquellos tiempos, poco conocían una de otra.

El escenario testigo sería el Estadio de Lausana, donde fue colmado por 37 mil almas, bajo las órdenes del gales Mervyn Griffiths.

Ambas selecciones no contarían con una de sus grandes figuras, Obdulio Varela del lado uruguayo (se lesionó por la caída luego del festejo del gol ante Inglaterra), y Ferenc Puskas también por una dolencia física.

Apenas habían transcurrido 13 minutos del partido, Czibor puso la apertura del score para los magiares, que supieron aumentarla apenas comenzado la segunda mitad, a los 46 minutos marcó Hidegkuti, parecía que estaba todo sentenciado y los húngaros serían los seguros finalistas.

Los minutos transcurrían y nada parecía cambiar, pero a quince minutos del final, el cordobés nacionalizado uruguayo Juan Eduardo Hohberg ponía el 1 - 2 para los celestes, el" viento había cambiado", los uruguayos venderían cara su derrota, y vaya si lo consiguieron, a falta de cuatro vueltas del reloj para la finalización, otra Hohberg, disputando una pelota dentro del área anotaba el 2 a 2, y el delirio oriental.

Fue tanta la euforia y sobre todo en el autor de los goles, que terminó desvanecido en el suelo, mientras los espectadores enloquecían en las gradas por lo que estaban viviendo.

Tiempo después se comentó que Hohberg había sufrido un paro cardíaco luego del festejo de la segunda conquista, hay imágenes que muestran como los médicos le frotaban el pecho al costado del terreno de juego.

Todo se había tornado en una locura deportiva, desde todo punto de vista, en lo que respecta al juego, se tendrían que jugar treinta minutos de alargue para definir al finalista de la copa del Mundo.

En esta instancia, los húngaros fueron más efectivos, a través de dos golpes de cabeza de Sandor Kocsis "El Cabeza de Oro" los europeos se colocaron 4 a 2 poniéndole el cierre a un partido que quedará para la mejor historia de este deporte.

Días más tarde, Hungría caería 3 a 2 en la final ante Alemania luego de ir ganando por 2 a 0, pero esa ya es otra historia.