Contenido creado por Andrés Cottini
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Nadando a la meta

Tokio 2021: "Necesito un salvavidas antes que me ahogue", dijo el nadador Enzo Martínez

"Un año más para un deportista con chance olímpica es muy costoso. Mi visa no me permite trabajar, ni tengo ninguna beca, ni sponsor", dijo.

17.06.2020 17:21

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2020-06-17T17:21:00-03:00
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El nadador uruguayo Enzo Martínez radicado en Estados Unidos volvió al agua luego de varios meses de parate y no pierde de vista su gran objetivo, los Juegos Olímpicos de Tokio 2021, a pesar que reconoció que "estar sin nadar fue muy duro".

Martínez, de 25 años de edad, defiende al "Gator Swim Club" desde donde se proyecta a llegar a la máxima cita del deporte mundial, para lo cual hoy en día estaría en posición de clasificar por intermedio del cupo de universalidad, teniendo además la marca "B" en los 50 metros libres.

"No fue para nada fácil", comenzó diciendo a FútbolUy sobre el tiempo que estuvo alejado del agua: "la pandemia nos paralizó y como a nosotros, al mundo entero. Por suerte y en primer lugar estoy bien de salud, física y mentalmente. Este parate y la incertidumbre de cuándo recomenzar desestimulan a veces, pero siempre trate de ver el vaso medio lleno. El foco a la clasificación a los Juegos nunca lo perdí y mientras estén en pie ese es el objetivo".

"Vengo trabajando de una forma continua y focalizada durante años", explicó el deportista nacido en Maldonado: "en un primer momento como que te desorienta levantarte de madrugada y no tener piscina, no tener un gimnasio, pero lejos de ‘bajonearme' lo que hice fue reinventarme cada día y aprovechar todo lo que tenía a mi alcance".

Y recordó: "con el pasar las semanas conseguí una barra con un amigo y hacíamos algo en el garage. Traté de darme maña y nunca quedarme quieto. No tener agua para un nadador es mucho, pero siendo velocista la falta de un gimnasio es bastante peor".

Al agua

Martínez se tuvo que revolver en Estados Unidos, uno de los países más afectados por la pandemia, para conseguir una piscina y retornar a nadar: "volví en una pileta rentada por el Gator Swim Club (su equipo) en otro condado vecino donde está permitido nadar. La piscina y el gimnasio de la Universidad de Florida aún lejos de abrir".

"Cuando empecé lo que más sentí fue la pérdida aeróbica", aseguró y explicó entre risas: "hacía 1000 metros y me quedaba sin aire. Estoy haciendo más que nada drilles y bastante volumen, ya que no tenemos ni idea cuando vamos a competir. Principalmente es una base pensando en lo que viene".

Numeritos

Pero el uruguayo que alcanzó la marca "B" para Tokio en los "Pro Swim Series" del 2019 en Richmond, Virginia, con un crono de 22.60 en los 50 metros libre, sufrió el impacto de la postergación de los Juegos en el aspecto económico.

"Fue duro en este aspecto", contó y reflexionó: "un año más, para un deportista con chances olímpicas y trabajando en serio, es muy costoso. Mi visa no me permite trabajar, ni tengo ninguna beca, ni sponsor".

"En la cuarentena empecé a tramitar mi cambio de status migratorio. Pago entrenador, alquiler, mis suplementos, alimentación, los viajes para competir, todo de mi bolsillo", advirtió.

"Hoy soy el único nadador con marca ‘B' para los Juegos y también soy el único sin ningún apoyo económico y se está haciendo muy difícil. No ignoro la situación que vivimos, pero necesito me tiren un salvavidas antes que me ahogue", finalizó diciendo con una sonrisa.

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