Sudáfrica 2010: Se cumple una década de un partido que ningún uruguayo podrá olvidar

Era 2 de julio de 2010 y por primera vez la selección uruguaya definía su suerte en una instancia mundialista por penales. Ese nerviosismo que siempre rodea a cualquier hincha ante un desempate desde los 11 metros aún cuando no es su equipo el que lo protagoniza, se adueñaba de tres millones y medio de personas. Los dientes devoraban uñas sin piedad y los ceniceros se veían desbordados por cigarrillos que eran pitados a un ritmo tan frenético como los latidos de miles de corazones.

Ningún uruguayo que vio aquel partido podrá olvidar dónde estaba ese viernes, marcado mundialmente por la eliminación de Brasil a manos de Holanda, que se perfilaba como el próximo rival. Se vio en los pisos más altos de las oficinas montevideanas y en los más recónditos bares del interior, con sus infaltables parroquianos. Cualquiera podrá recordar si empezó viendo el encuentro en el trabajo y aprovechó el entretiempo para llegar lo más rápido posible a la casa, o si cantó enfermedad para juntarse a verlo en familia o con amigos. En cualquier escenario, seguramente nadie imaginó que el parto sería tan largo. A las 15:30 horas de Uruguay la pelota se puso a rodar en el estadio Soccer City de Johannesburgo y a las 18:15 descansó tras una alocada caricia de Sebastián Abreu.

Para revivir aquel partido del que se cumplen 10 años, repasamos 10 momentos en orden cronológico.

01 SE RETIRA SENTIDO DIEGO LUGANO

A los 26' Diego Lugano pisó mal cuando fue a buscar un centro al área rival y se torció el tobillo izquierdo. Se mantuvo en cancha con visibles dificultades, hasta que a los 38' le dejó su lugar a Andrés Scotti. El capitán de la Celeste salía por primera vez del campo de juego en el Mundial de Sudáfrica y la defensa quedaba conformada por Maximiliano Pereira, Scotti, Mauricio Victorino y Jorge Fucile. Entre los suplentes estaban Martín Cácerers y Diego Godín.

02 CAÍDA Y SUSTO DE FUCILE

Corrían 44 minutos y pudo haber sido el final del partido para Jorge Fucile, quien cayó muy mal y golpeó la cabeza contra el césped luego de que el ghanés Samuel Inkoom le hiciera "la cama". Tras algunos segundos tendido y prácticamente noqueado, el entonces lateral del Porto se levantó y siguió jugando.

03 GOL DE MUNTARI... Y A REMAR

El discreto primer tiempo se moría en empate. Ghana había merecido un poquito más que Uruguay, hasta que Sulley Muntari rompió la paridad a los 45'. El zurdo mediocampista que defendía al Inter de Milán avanzó con tiempo y espacio, y a distancia batió a Fernando Muslera con un remate que tomó al arquero mal parado y se metió más cerca del medio del arco que de los palos.

04 GOLAZO DE FORLÁN

Uruguay buscaba el 1-1 con más ganas que ideas. Fucile trepó por su carril zurdo y John Paintsil lo bajó, ganándose la primera tarjeta amarilla de su equipo. Diego Forlán, que hasta ese momento no había aportado demasiado, se paró frente a la pelota. Si bien algunos compañeros subieron al área a buscar el cabezazo, la Jabulani sabía que su destino no sería otro que la red o las manos del arquero. Y fue la red.

05 LA MANO DE SUÁREZ

Los 90 minutos terminaron 1-1 y en el alargue pasó poca cosa. De hecho, cualquier espectador neutral podía asegurar que fue de los partidos más aburridos del Mundial. Hasta que una jugada que surgió a partir de una falta inexistente de Fucile lo encendió en emotividad. Muslera salió mal, la defensa uruguaya no respondió bien y Dominic Adiyiah remató al arco. Su cabezazo hubiera metido a un combinado africano por primera vez en semifinales de una Copa del Mundo, de no ser porque Luis Suárez demostró que no sólo en los picados de las prácticas es buen arquero. El portugués Olegario Benquerenca lo vio y le mostró la tarjeta roja.

06 Y GYAN LO ERRÓ

La angustia se adueñó de todos. El silencio en todo un país era sepulcral. La eliminación estaba ahí, golpeando la puerta. La chance de volver a unas semifinales de Copa del Mundo después de 40 años se esfumaba. Muslera iba al arco buscando ser el héroe, pero sabiendo que tenía aliados; el travesaño impidió que el remate de Asamoah Gyan terminara en la red. El beso de Muslera a los caños y el llanto de Suárez que se transformó en festejo mientras abandonaba la cancha, se convertían en postales eternas. Corrían las 18:02 de Uruguay.

07 EL MAESTRO LOS UNE

Se venían los penales y la Celeste llegaba exultante. Había estado al borde del precipicio y Gyan le dio una vida más. La última arenga de Óscar Washington Tabárez antes de los remates dio mucha seguridad. Nada se escuchó en la transmisión televisiva, pero la imagen de un líder de grupo hablando a sus convencidos discípulos hacía pensar en que era posible.

08 ATAJÓ EL NENE Y ERRÓ EL MONO

La serie estaba 3-2 a favor de Uruguay gracias a los aciertos de Forlán, Victorino y Scotti. John Mensah remató buscando el 3-3 y Muslera se quedó con el débil disparo. Maximiliano Pereira tenía la chance de poner la serie 4-2, pero le pegó mal y el balón se fue a la tribuna. Adiyiah, el que estuvo a punto de ser el héroe con el cabezazo del último minuto del alargue, tampoco pudo con Muslera. Uruguay quedaba match point.

09 EL LOCO LA PICÓ

Sebastián Abreu comenzó una caminata interminable desde la mitad de la cancha. Lleno de confianza y responsabilidad, se dirigía lentamente, como queriendo pausar el tiempo en ese instante. Los muchos segundos que duró aquel recorrido coincidieron con miles de preguntas y afirmaciones: "¿La picará?", decían algunos. "¡La va a picar!", replicaban otros. El botín izquierdo del número 13 se clavó abajo del balón con la fuerza justa para que dibujara una parábola inolvidable. Lentamente la pelota se dirigía hacia la red ante la impotente mirada del arquero Kingson, que era el reflejo de la resignación de todo un continente.

10 FESTEJOS ALLÁ Y ACÁ

Eran las 18:15 horas de Uruguay. Las postales de júbilo surgían tan rápidas como espontáneamente en Sudáfrica y en el país más pequeño de Sudamérica. Los jugadores que esperaban que el Loco metiera ese penal comenzaron a correr por todas partes. Unos fueron con Muslera. Otros con Abreu. Los suplentes también se esparcieron por todo el campo. Lugano rengueaba y se agarraba la cabeza sin poder acreditar la locura del más cuerdo de los locos. Todos los rincones de un país explotaban en un solo grito y Uruguay se metía, 40 años después, entre los cuatro mejores del mundo. El partido empezó 15:30 y terminó 18:15, pero los festejos se estiraron durante muchas horas pese al frío cruel de un dulce e histórico 2 de julio.