Contenido creado por José Luis Calvete
Peñarol
Un curro de partido

Sancho Gracia recuerda la primera Intercontinental

El español Sancho Gracia, protagonista de la serie Curro Jiménez, recordó la primera final de la Intercontinental entre Real Madrid y Peñarol en 1960. Para aquel partido disputado en un barrial, el actor estaba en Montevideo y contó que Alfredo Di Stéfano quería jugar en esas condiciones porque "los uruguayos en el barro no dan ni una".

23.08.2010 10:40

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2010-08-23T10:40:00-03:00
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El partido entre Peñarol y Real Madrid sirvió como excusa al diario español As para entrevistar a un personaje que, si bien no está ligado directamente al fútbol, se reconoce como un futbolero de ley y simpatiza por los dos equipos que disputaron la primera final Intercontinental de la historia.

Sancho Gracia, el actor español que saltó a la fama con la serie “Curro Jiménez”, contó sus vivencias relacionadas a aquel empate a cero entre mirasoles y merengues en Montevideo, que en la vuelta fue triunfo para los madridistas 5-1 en el estadio Chamartín (hoy Santiago Bernabéu).

El artista llegó a Montevideo junto a su familia exiliado por la Guerra Civil que tuvo lugar en su país natal. Había nacido en Madrid el 27 de setiembre de 1936, un día antes del aniversario 45 del equipo del cual se hizo hincha en Uruguay.

Gracia se casó con una uruguaya carbonera de ley, y para la primera final de 1960 tenía el corazón dividido entre el blanco de su familia y el amarillo y negro de su esposa. De aquel partido al que asistió (el de ida), recuerda que “contemplé como Amancio se abrazaba a su padre después de muchos años sin verle. Eran otros tiempos”.

Cuentan quienes allí estuvieron, que el terreno de juego del Centenario aquel 3 de julio de 1960 era un barrial. Al respecto, Curro contó que fue al hotel donde estaban los jugadores del Madrid “con un actor muy amigo mío, Alberto Candeau, y asistimos a una escensa que demuestra el poder que tenía (Alfredo) Di Stéfano. Llovía que daba miedo y resulta que en Argentina y Uruguay cuando llovía se suspendía el fútbol (...) se le acercó don Santiago Bernabéu y le preguntó “¿qué hacemos? ¿Jugamos o no?”.

Ante la pregunta, el jugador argentino que se convirtió en una leyenda merengue contestó sin titubear: “Claro que jugamos. Los uruguayos en el barro no dan ni una”. Razón no le faltó, porque el equipo capitaneado por Néstor Gonçálvez y que en la delantera tenía a Luis Cubilla, Carlos Linazza, Juan Hohberg, Alberto Spencer y Carlos Borges, no pudo con la defensa española liderada por el uruguayo José Emilio Santamaría.

Después del 0-0 “como era un buen resultado para la vuelta, nos fuimos a tomar algo a una discoteca, Achito, cuyos directores eran húngaros. Puskas se abrazó a ellos como si fueran sus hermanos. Qué tío con más corazón. Me dedicó una foto que no olvido: A Sancho de Pancho”.

También tuvo palabras para Di Stéfano, quien “me venía a ver al teatro y me decía: “ché, qué partido te jugaste”. Aquí en España salíamos Rial, Alfredo y yo con un extremo uruguayo muy bueno pero muy vago que se llamaba Julio César Britos (...) Alfredo llegaba siempre al restaurante escoltado por un policía municipal que no veas la que liaba con la sirena. ¡Es que Di Stéfano era una celebridad!”

Gracia retornó a España en 1963 y tuvo la suerte de estar en el estadio merengue cuando Peñarol volvió a pisar territorio español en 1966, cuando se tomó revancha y se quedó con la segunda Intercontinental de su historia. “Dieron un baile al Madrid allí y aquí. Jugaba el padre de Forlán. Pero su hijo es mejor todavía, ¡qué goles mete!”.

Por último, el gran Curro cerró su entrevista con el diario As expresando su deseo para el partido del martes: “ahora que no me escuche mi mujer, que gane el Madrid”.

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