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Rigoberto Urán es de los ciclistas de elite que tiene no sólo Colombia sino el continente entero. Subcampeón del Giro d’Italia 2013 y 2014 y del Tour de Francia el año pasado, alcanzó el punto más álgido de su carrera en 2012, cuando conquistó la medalla de plata en la prueba de ruta de los Juegos Olímpicos de Londres.
El destacado deportista de 31 años es ídolo en su país, pero su semejante popularidad se le volvió en contra en las últimas horas por una actitud que la gran mayoría de los usuarios de redes sociales tildó de sexista.
Una vez finalizada la carrera por etapas ‘Colombia Oro y Paz’, de la que fue tercero (por detrás de Egan Bernal y Nairo Quintana), le pidió a la azafata que le diera un beso tocándole el hombro, cuando la chica ya se iba.
El beso al ganador es habitual en la mayoría de las carreras del pedal para el vencedor. En este caso, el tercero también lo exigió y no quiso quedarse sin la foto acompañado con la azafata, que accedió al pedido.
La indignación de parte de sus críticos aumentó después de que el propio Urán publicara el video de la premiación en Twitter con la frase: ‘Mija venga que el pico también es para el tercero! #gorigogo’.
La actitud de Urán reavivó el debate respecto a la imagen y el rol de las azafatas y promotoras en este tipo de eventos. El ejemplo más reciente hacia una tendencia menos machista es el de la Fórmula Uno, que prescindió de la figura de las chicas llamativas por entender que “está claramente en desacuerdo con las normas sociales actuales”.
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