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La unión hace la fuerza

Odesur: La emoción y el festejo mancomunado del fútbol y el básquet femenino desde adentro

Alejandro Álvarez, DT del básquet, dedicó unas emotivas palabras a las chicas, que celebraron juntas en el día en que aseguraron medallas.

08.10.2022 02:23

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2022-10-08T02:23:00-03:00
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Por Andrés Cottini

“Soy celeste, soy celeste, celeste soy yo”, ese grito retumbó en el gimnasio de la Secretaría Nacional de Deportes de Asunción del Paraguay y fue protagonizado por las jugadoras de la selección sub-20 de fútbol alentando a sus pares del básquetbol.

Así como horas antes había pasado cuando ellas vencieron 2-0 a Colombia para llegar a la final por el oro y fueron las Cimarronas (hockey) las que, alambrado de por medio, entonaron dicho canto para celebrar hermanadas el histórico resultado, ahora Belén Aquino, Wendy Carballo, Oriana Fontán y compañía, replicaron con todo su fervor dicha acción durante cuarenta minutos en señal de aliento a sus colegas de la pelota naranja.

Fue un partido duro para Uruguay ante Bolivia, de esos que se cierran en los segundos finales y con un doble que los jueces debieron revisar en el monitor para asegurar su validez y sentenciar el triunfo de las dirigidas por el “Gallego” Álvarez. Un hecho histórico, por cierto, ya que aseguró la presencia en el podio del básquetbol femenino por primera vez en Juegos Odesur.

Allí estaban las celestes festejando abrazadas en el centro de la cancha, saltando y cantando de alegría por lo conseguido, un momento que rápidamente se transformó en compartido con sus compañeras futbolistas, incasables a la hora de alentar y que se metieron a la cancha a celebrar el logro casi como propio.

Los abrazos entre los entrenadores de ambas selecciones, el saludo entre las jugadoras, abrazos, gritos, todo en una noche cálida en tierras guaraníes que rendía homenaje al crecimiento del deporte femenino.

Y el final estuvo enmarcado en una charla compartida, a modo de arenga, donde todas las deportistas de ambos combinados se abrazaron bajo el manto de lo que propone el olimpismo, formaron un círculo y Álvarez apostado en el medio fue el que tomó la palabra.

“Esto que nos estamos regalando hoy es único, nunca lo viví en toda una vida dentro de una cancha de básquetbol”, expresó y cerró emocionado ante ambos planteles: “es un orgullo estar representado por ustedes, que dejan la piel cada vez que pisan una cancha”.

El tiempo fue pasando y la noche ganando espacio, pero lo vivido será difícil de olvidar, porque fútbol y básquetbol femenino unidos, demostraron que lo mejor aún está por llegar.

Por Andrés Cottini