Eduardo Domínguez se metió en la lista de candidatos para dirigir a Nacional y su nombre, al día de hoy, aparece en lo más alto. El uno lo tenía Guillermo Almada, pero su continuidad en el Barcelona de Guayaquil lo descarta de plano.

El nombre de Domínguez seduce en el área deportiva, y entre los dirigentes cuenta con mayor aceptación que el de Mauricio Larriera. Tiene 40 años y lleva apenas tres dirigiendo, pero con un estilo de juego ofensivo y que llevó a sus equipos a jugar copas internacionales.

En 2015 asumió en Huracán, donde se había retirado como jugador en ese mismo año. Meses después perdió la final de la Copa Sudamericana por penales ante Independiente Sante Fe de Gerardo Pelusso tras eliminar a Sport Recife, Defensor Sporting y River Plate de Argentina.

En la Libertadores 2016 el Huracán de Domínguez eliminó a Peñarol en la fase de grupos con victoria 1-0 en el Centenario y empate 0-0 en Parque Patricios. En octavos de final dio pelea pero no le alcanzó para eliminar al Atlético Nacional de Medellín, que se coronó campeón.

En setiembre de 2016 renunció porque “hay ciclos y situaciones que no dan para más”, según explicó en conferencia de prensa. Hubo un desgaste con la dirigencia del club y pocos meses más tarde acordó su vínculo con Colón de Santa Fe, donde dirigió hasta julio de 2018. En la Sudamericana eliminó al Zamora y a San Pablo, y cayó con un global de 2-1 ante Junior.

Hoy aparece entre los candidatos con más posibilidades de dirigir a Nacional, club en el que jugó su hermano Federico Domínguez en 2009.