Luis Suárez, desechado por el Barcelona, completó una temporada brillante en el Atlético

Luis Suárez, tras una decisión institucional del Barcelona, cerró su ciclo en el club culé en setiembre de 2020, luego de seis años de consagraciones, títulos, goles y alegrías.

Bartomeu dio la orden tras una desilusión en Liga de Campeones, el llegado entrenador holandés Ronald Koeman con una llamada telefónica la ejecutó y dieron un golpe, que lejos de ser maestro, hasta el día de hoy deben lamentar.

Rodeado de amigos y de su presidente Josep Maria Bartomeu, Suárez brindó una despedida con lágrimas emocionadas y con especial mención para su amigo Leo Messi.

El "Pistolero" se fue de "su casa" siendo el tercer máximo goleador histórico del club balugrana, donde ganó cuatro ligas, igual número de Copas del Rey y dos Supercopas de España a nivel local.

A eso le sumó una Champions League y un mundial de clubes, siendo todo un referente, al que dejaron ir sin el brillo que su figura necesitaba y bajo la molestia de su amigo "Lio" contrariado con la decisión.

"Hay muchísima gente o jugadores que las críticas lo afectan, pero a mí no. Me motivan", dijo el "Pistolero" antes de casi ser "regalado" al Atlético de Madrid, donde Diego Simeone lo recibió con los brazos abiertos.

"Tengo ese orgullo, como todo uruguayo, porque así soy de chico. Quiero demostrar que sigo estando para jugar en la élite y por eso soy agradecido al Atlético", dijo previo a una temporada inolvidable.

Y vaya si lo hizo, siendo el mascarón de proa de un título que se selló con su magistral presencia que iluminó a un equipo sacrificado y luchador, ideal para sus características.

Así fue que, en la presente Liga, el uruguayo vio acción en 32 partidos, 30 de ellos de titular, convirtiendo 21 goles y además dando tres asistencias.

Un desempeño brillante, que pasó por lesiones, sequías, celebraciones, abrazos, pero sellando en el epílogo esa "revancha" tan esperada para levantar su quinto título liguero y ante los cuestionamientos constantes de los hinchas culé hacia las dirigencias por haberlo dejado marchar.

Por si fuera poco, le puso el tono épico a ese cierre, anotando el gol decisivo en cada uno de los dos partidos finales, cuando su equipo caía 1-0 y lo revirtió 2-1 (Osasuna y Valladolid), para desatar la locura por la coronación.

"Uruguayo, Uruguayo", cantaron los hinchas colchoneros que ya lo llevan en su corazón, ese corazón que le rompieron cuando lo dejaron ir del Barcelona, pero que siempre está pronto para palpitar nuevas emociones.

"Nunca lo den por muerto a Suárez", te dice cualquier uruguayo con el que te cruzás y cuan cierta es esta afirmación que respalda el goleador que no para de romper esquemas.