Contenido creado por Gonzalo De León
Fútbol uruguayo
Los sueños están para cumplirse

Luciana Mascaraña y una vida entre la educación física y el arbitraje a primer nivel

“A mis alumnos les digo que nos podemos equivocar, pero que la falta de respeto no es una equivocación”.

Lectura: 7'

2022-08-15T13:37:00-03:00
Compartir en

Por Gonzalo de León

Es una realidad que las mujeres han ido ganando terreno en muchos rubros en la sociedad, pero concretamente en el fútbol están teniendo un papel muy importante en los últimos años.

En lo que respecta a Uruguay, el fútbol femenino está captando cada vez más atención en los hinchas, pero hay un sector que no siempre se valora, que es el de los árbitros, y en él también las mujeres dicen presente.

Muchas de ellas están llegando al primer nivel, por ese motivo, FútbolUy se contactó con Luciana Mascaraña, árbitra asistente que viene de hacer una destacada participación en la Copa América femenina, y que tiene cada vez más consideración dentro del arbitraje.

Hablando de su presente, comentó que esa Copa América “fue un torneo desafiante para nosotras” porque esto le permitía “trabajar con compañeras que no había trabajado antes”. “Fue una linda experiencia poder estar en el torneo, conocernos y seguir trabajando juntas”, aseguró.

Con respecto a cómo se enteró de la designación, contó que “siempre nos enteramos por otras amigas de otros países. Llegó la designación y enseguida nos llegó desde las autoridades”. Afirmó estar “feliz de poder estar en esta Copa América”, que fue la tercera a la que asistió, por lo que dijo que “son todas diferentes, pero se disfrutan con mucha responsabilidad”.

Durante “la primera Copa América, yo recién estaba iniciando en este mundo del arbitraje internacional, entonces fue como que no lo tomaba como lo tomo ahora, con la emoción que uno siente al estar”, apuntó, y agregó: “De repente lo tomas como un torneo más”, pero “después te das cuenta de la dimensión que es estar en una Copa América, que es el torneo más importante de Sudamérica”, indicó.

Debido a su gran actuación en el máximo certamen a nivel continental, fue llamada para estar en el Mundial femenino sub-17 que se disputará en India en octubre, a lo que ella aseguró estar “sorprendida porque si bien una siempre quiere estar, somos muchas las árbitras y son muy buenas todas”.

Foto: Javier Noceti / @javier.noceti

Foto: Javier Noceti / @javier.noceti

Una historia que contar

Sobre su decisión de dedicarse al arbitraje, contó que lo tomó “por el lado de Educación Física” porque le “gusta mucho el deporte”. “Me anoté y la verdad que nunca pensé que me fuera a gustar tanto, ahora disfruto mucho estar dentro de una cancha”, agregó.

“Nosotros tenemos que entrenar todos los días, cuidarnos con el tema de la alimentación, el descanso también es importante a la hora del entrenamiento, y muchas veces no somos profesionales, por eso tenemos que trabajar de otras cosas también”, ahondó Mascaraña, que además es profesora de Educación Física en una escuela.

“A mí siempre me gustó mirar fútbol con mi papá”, contó, pero cuando creció empezó “a trabajar en una fábrica de pescado para poder pagarme los estudios. Primero inicié como instructora en fitness, y después por una hernia de disco, que me prohíbe correr, y como siempre me gustó la Educación Física, dije ‘empiezo por este lado’, siguiendo con los cuidados que hay que tener”, añadió.

“Empecé con el arbitraje porque me gustaba el deporte”, pero “al principio se me complicó porque tenía que trabajar sábado y domingo y tuve que dejar”, dijo. Sin embargo, puso “en una balanza que me encantaba estar dentro de una cancha, jugaba la parte económica, que necesitaba pagarme los estudios. Entonces fue un poquito medio y medio, pero al final pude hacer las dos cosas”, siguió.

En sus clases en la escuela intenta pregonar “el respeto siempre. Del niño hacia mí y de mí hacia los niños” porque “es muy importante para la convivencia el saber tratar al otro y cuidar al otro”.

“A mis alumnos les digo que nos podemos equivocar, pero que la falta de respeto no es una equivocación, entonces tratar de educarlos de ese lado”, siguió. “De repente una es un poquito más estricta en la cancha que con los niños, pero siempre partiendo del respeto hacia el otro”, comentó.

Ganarse un lugar

“Vamos ganando lugar, pero también ya es algo más normal”, aseveró, pero “antes capaz que llamaba la atención ver a una asistente o a una árbitra, después ver a dos y ahora ver a tres”. Con los jugadores “el respeto está siempre” y disfruta mucho su profesión “porque sabemos que en realidad apuestan por nosotras. Es disfrutable, pero siempre con responsabilidad”.

Con respecto a los insultos, los catalogó como un hecho “normal”, pero es algo que sucede “con todos los compañeros”. Para ella son “como un descargue hacia la profesión, pero siempre pienso que no es hacia Luciana, sino que es hacia la que está vestida de árbitro, por solo estar con la indumentaria. Esa manera es como mi psicología propia”, continuó.

Comentó que solamente una vez le ocurrió un hecho grave en una cancha, y fue cuando “un jugador me empujó y me sentí mal, pero en cualquier ámbito me hubiese pasado”. “Me afectó por la falta de respeto en realidad, porque es lo que no debemos dejar pasar. De ese lado me dio un poco de bronca, pero después seguí adelante”, ahondó.

Foto: Javier Noceti / @javier.noceti

Foto: Javier Noceti / @javier.noceti

Sobre el apoyo de su familia contó que “al principio, papá más que nada no quería por un tema de que él fue árbitro del interior, entonces sabe a lo que hay que enfrentarse en cada partido”. Aseguró que “solo me fue a ver una vez a un partido, que yo sabía más o menos que era tranquilo y que él podía estar. Lo llevé y disfrutó, pero trato de que no vaya porque sé cuál es la emoción de un padre cuando están insultando a un hijo”, siguió.

“Es importante siempre tener autocrítica y uno sabe cuándo le erra”, afirmó, y continuó: “Si bien te puede quedar una duda, uno nunca quiere perjudicar a nadie porque sabemos que estamos expuestos”. “Sé que me puedo equivocar porque estoy expuesta, pero me duele también porque uno nunca quiere equivocarse. Una sale con esa sensación del partido de ‘fa, me quedaron dudas de esta jugada’”, agregó.

Avanzar pese a las piedras en el camino

“Nosotros entrenamos martes y jueves obligatorio, y después los lunes, miércoles y viernes hago mis entrenamientos de acuerdo a lo que tengo que seguir, velocidad, agilidad, coordinación, lo que me falta en la semana”, contó sobre los entrenamientos de los árbitros.

Esos movimientos en solitario los va “coordinando con los profes” para “ver qué es lo que me está faltando para poder llegar bien a los fines de semana”. También deben tener en cuenta “cuándo tengo partido, porque eso también se coordina, si tenés muchos partidos, si tenés dos o si tenés uno, pero más o menos es una hora o una hora y media”, aunque “a veces dos”, apuntó.

“Entrenamos en el complejo de la Mutual martes y jueves, y después los lunes, miércoles y viernes me organizo para hacer fuerza en gimnasio o sino un poco más de aeróbico”, indicó, y añadió: “Cada uno se hace responsable de sus gastos, en este caso yo me pago el gimnasio, y después si tengo que salir a trotar o hacer un trabajo que me haya faltado en la semana, lo voy coordinando”.

Sin embargo, le “gustaría hacer más trabajos de campo, algo más práctico porque no siempre tienes la oportunidad de ir con el mismo árbitro, siempre vas rotando”. “Las jugadas que pasaron” en los partidos “resolverlas en un trabajo más específico”, concluyó Luciana, que entrena día a día para mejorar y seguir transmitiendo valores en cada lugar donde debe ejercer su profesión.

Por Gonzalo de León