Contenido creado por José Luis Calvete
Fútbol uruguayo
Talento en los genes

Julio Recoba, el hijo de Álvaro que no tiene relación con él y espera su chance en Fénix

“Me gusta que me digan Chino”, contó el Recoba de Fénix, que llegó desde Basáñez, estudia abogacía y busca hacerse un nombre en el fútbol.

29.07.2020 10:19

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2020-07-29T10:19:00-03:00
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Julio César Recoba tiene 23 años, integra el plantel de Fénix y busca hacerse un nombre propio en el fútbol. Es hijo de Álvaro Recoba y, si bien no tiene relación con su padre biológico, le gusta que le digan ‘Chino’. Así lo contó al programa 100 % Deporte, de Sport 890, un día después de que su entrenador, Juan Ramón Carrasco, dijera que lo hará debutar en este 2020.

“De gurí a veces no se comprenden las cosas y era más negado. Hoy, siendo un poco más maduro en algunos aspectos, estoy abierto a que si se tiene que dar, se dé. Pero que se dé naturalmente. Seguramente ni de su parte ni de la mía será algo que salga, pero si se da de casualidad, estoy abierto a una charla porque me siento maduro”, dijo sobre su padre.

Ese falta de relacionamiento despertó, casi de casualidad, el bichito de transformarse en abogado, al punto tal que tiene aprobado el segundo año en la Facultad de Derecho. “De chico siempre tuve contacto con Alejandro Balbi y tenía una admiración con él. Lo veía de traje en su oficina, y un poco por eso era que quería seguir esa carrera. Él era el intermediario que tenía con mi padre”, recordó.

Me siento cómodo si me dicen Chino

El único vínculo familiar por el lado de los Recoba al que hizo referencia fue Raúl, padre de Álvaro. “Siempre he tenido relación y se ha portado bien conmigo. Hasta hoy mantengo una buena relación con él”, contó, y agregó que admira a su padre “como jugador, al margen de no tener una relación con él”. “Al margen de las camisetas que tenga cada uno, es un jugador al que uno disfruta ver jugar”, añadió.

Sobre el parecido futbolístico con Álvaro, fue muy sincero: “Por lo que me dicen, un poco la cara nomás. Me gusta andar con pelota y Carrasco me corrige; me dice que juegue al fútbol y no a la pelota. Me gusta probar de afuera del área y me considero más asistidor que goleador. Me gusta participar del juego”.

“Desde chico me dicen Chinito. Mucha gente me dice Julio por no decirme Chino, pero yo les digo que me siento cómodo si me dicen Chino. No tomo mucha conciencia sobre de quién soy hijo. Me considero una persona normal y así he sido siempre. Nunca tomé el apodo como una presión. Trato de ser yo mismo, siempre tratando de priorizar la humildad y el respeto”, dijo.

Llegar a Basáñez para mí era como jugar en el Barcelona

Arrancó en Miramar Misiones en AUFI, pasó por la séptima de Nacional unos pocos meses y luego recaló en Liverpool, donde estuvo hasta cuarta división a la sombra de un crack. “Me costó encontrar mi lugar. Coincidí con un monstruo como Nico de la Cruz, que jugaba en mi posición, y se me fue complicando. Dejé el fútbol y agarré para los estudios”, narró.

“Terminé el liceo y empecé la carrera de abogacía, que es algo que me gusta desde chico. Me fui a probar a distintos equipos y en varios no quedé. Surgió la chance de ir a Basáñez, donde dirigía Adán Machado. Le estoy muy agradecido a él y a Humberto Schiavone. Después de estar un tiempo parado, llegar a Basáñez para mí era como jugar en el Barcelona. Es un club bien de barrio en el que me sentí muy cómodo”, recordó.

“La amistad de Adán con Carrasco hizo que jugáramos muchos amistosos con ellos, hasta uno por semana. Para mí esos amistosos eran como una final. Al tiempo Adán me dijo que Carrasco había preguntado por mí. Hasta que no pasa uno intenta mantenerse tranquilo. En enero de 2019 me llamaron y fui. Estoy muy cómodo hasta el día de hoy”, reconoció-

“Juan es un técnico muy exigente y difiere un poco de lo tradicional. Apuesta al juego intenso y de ataque. Tiene su librito y siempre dice que si nos aplicamos con él, juega cualquiera. No se casa con nadie y siempre lo tiene a uno con una motivación diaria. Está constantemente corrigiéndonos y enseñándonos. Te mantiene a la expectativa de que en cualquier momento te puede tocar”, dijo.

Mientras espera su chance de debutar en Primera División, no se olvida de la abogacía. “Cuando estaba en Basáñez el horario me lo permitía porque entrenábamos de mañana e iba de mañana y de noche. Cuando me tocó llegar a Fénix, ya con el profesionalismo, se complicó un poco. Lo tengo abandonado, pero mi idea es terminar la carrera”, concluyó.

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