El idilio entre Roman Abramovich y el Chelsea comenzó en julio de 2003, cuando el empresario compró el club azul de Londres con el objetivo de llevarlo a los principales puestos de la esfera mundial. Hoy, poco después de que al millonario ruso no le permitieran renovar su visado, el final aparece en el horizonte.

Después de 15 años, 15 títulos a nivel local (cinco Premier Leagues), una Champions League y una Europa League, la aventura del magnate de 51 años empieza a transitar por sus últimos días, justo después de saberse que el ejercicio anterior arrojó pérdidas por 80 millones de euros como consecuencia del brexit (la salida del Reino Unido de la Unión Europea).

El empresario compró el paquete mayoritario de las acciones del Chelsea a cambio de 156 millones de euros, y según publicó la agencia Bloomber está buscando un comprador dispuesto a abonar mal menos 3.345 millones.

El mismo medio afirma que Abramovich descartó ofrecimientos de hasta 2.300 millones de euros. Desde que el club está a la venta, hace aproximadamente un mes, hubo más ofertas pero por debajo de esa cifra. Una de las propuestas fue de Jim Ratcliffe, uno de los hombres más ricos del Reino Unido.