Gabriel Fernández: de no ser tenido en cuenta en Defensor a un soñado debut con Peñarol

Gabriel Fernández fue uno de los grandes protagonistas del clásico de este lunes, ya que selló el 2-0 de Peñarol sobre Nacional. Después de "casi un año pasándola mal", siente que "hoy las cosas se van dando de a poquito" y sabe que puede pelear por la titularidad.

"Me crié en Pajas Blancas, e hice baby fútbol en el Pablan. De ahí pasé a Bella Vista, donde jugué en séptima y sexta. En quinta llegué a Defensor, donde hice formativas hasta que terminé la tercera", contó el flamante ariete mirasol al programa Tuya y Mía, de Radio El Espectador.

"No me dieron la chance de debutar en Primera y me fui a Cerro Largo", donde debutó en Primera División en febrero de 2013. En cuatro meses jugó 12 encuentros (la mitad como titular) y marcó dos goles; frente a Racing y Progreso.

"Retorné a Defensor pero volví a no jugar", recordó. En filas violetas disputó apenas cuatro partidos oficiales en la temporada 2013/14, totalizando 105 minutos y sin llegar a anotar. Por tal motivo recaló en Racing en junio de 2014 en busca de minutos, y los encontró.

En filas del equipo de Sayago totalizó 15 tantos en 49 encuentros, con su punto más álgido en el Apertura 2016. Sus buenas actuaciones le valieron el pase al Gremio de Porto Alegre, pero estando en Brasil se cayó la transferencia porque se le detectó una rotura de ligamentos cruzados en una rodilla.

Tras varios meses de recuperación, volvió a jugar el 19 de noviembre en el 5-2 sobre Danubio y nuevamente convirtió. Recuperó la forma física, hizo la pretemporada con su antiguo club y el pasado viernes recibió la noticia del pase a Peñarol al finalizar la práctica.

"Sin palabras con mis compañeros. Me recibieron muy bien y me dieron la confianza. Al Cachila Arias lo conocía de mi pasaje por Defensor", comentó Fernández, quien habló "un poco" con el entrenador Leonardo Ramos. "Me dijo que ya me conocía de antes. Estoy muy agradecido a él por darme esta oportunidad", reconoció.

"Leo me dijo que intentara aguantar la pelota para dar oxígeno a los volantes y se me dio ese gol que fue fundamental. Yo iba en velocidad y me dio para frenar. Cuando lo miré (a Rodrigo Piñeiro), lo vi con la cabeza agachada. Después lo hablamos y me dijo que no me había visto. Yo traté de frenar para no quedar adelantado y volver a la línea del defensor, y ahí levantó la cabeza y me dio el pase", narró.

Fernández, quien "tres horas antes del partido estaba firmando el pase en la AUF", se ilusiona con una revancha y reconoce que "el sueño es ganar la Copa Libertadores", un torneo que podría haber conquistado de no ser por la lesión que se le detectó en Gremio. "Vi la final sentado en el sillón de casa y no sabía qué hacer", admitió el Toro.