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Fútbol uruguayo
Díaz de gloria

Fabricio Díaz: De alcanzapelotas en la final del Intermedio a figura en la Supercopa

El autor del cuarto gol de Liverpool ante Nacional cumple 17 años hoy. “No imaginaba estar este año en el primer equipo”, confesó.

03.02.2020 09:54

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Fabricio Díaz nació el 3 de febrero de 2003, se prepara para cursar cuatro año en el Liceo N.º 1 de La Paz y fue una de las mejores figuras de Liverpool en la victoria 4-2 sobre Nacional el pasado sábado en Maldonado, donde celebró la obtención de la Supercopa Uruguaya.

“Es increíble cómo se dio todo tan rápido. En la final del Torneo Intermedio estaba de alcanzapelotas y el otro día jugando la final de la Supercopa contra Nacional. No me esperaba estar con el primer equipo este año”, confesó al programa 100% Deporte, de Sport 890.

El viernes después de la práctica se enteró que iba a ser titular, un rato antes de viajar a Maldonado para quedar concentrado. “Antes sabía que tenía posibilidades pero no podía confirmarlo. A mis viejos fue a los únicos que les dije”, recordó el mediocampista que se repartió la marca con Hernán Figueredo.

“En el primer tiempo lo controlamos bien a Nacional. Tapamos el juego del Chori (Castro), que era el que se movía entre nosotros. Me sentí bien porque los compañeros siempre me estaban ordenando y dónde posicionarme. Eso fue lo que me ayudó a agarrar confianza”, dijo sobre el partido.

El entrenador Román Cuello le encomendó una tarea que estaba relacionada con dos jugadores de experiencia. Tanto más grandes que él, que debutaron en Primera División un año antes de su nacimiento. “Me pidió que intentara tapar la línea de pase con el Chori, que se movía a nuestras espaldas, y de (Gonzalo) Bergessio cuando saliera a pivotear”, contó.

Después de que Cuello ordenara el último cambio a los 78 minutos empezaron los calambres que lo tuvieron a maltraer. “Después vinieron todos los calambres juntos. Tenía que aguantar porque no teníamos más cambios y no podía dejar a los compañeros con 10. Tenía el apoyo de los compañeros, del cuerpo técnico y de la hinchada. Eso daba ganas de seguir”, sostuvo.

Sobre esos calambres, reconoció que “hacía lo que podía” en la cancha y cree que el aspecto emocional tuvo que ver con esas molestias musculares, ya que nunca le había pasado. “Adentro de la cancha no me daba cuenta que estaba corriendo para todos lados para ocupar los espacios”, explicó el volante oriundo de La Paz Wanderers, el equipo desde el que llegó a Liverpool en 2015.

Seguramente no esperaba en aquel entonces vivir tan joven una noche como la del pasado sábado en Maldonado. “Es inexplicable ese momento del gol. Medio que me tiro, llego, entra, darme vuelta y ver a los compañeros viniéndome a abrazar, la tribuna explotando y la familia festejando en la tribuna, fue inexplicable. Llegué a verlos. Lloraban desde arriba. Fue hermoso”, confesó.

Hoy, mientras su nombre aparece en todos los medios y espera por llegar a cinco partidos en Primera División para firmar su primer contrato profesional, se toma el ómnibus desde La Paz hasta la Ruta 102, donde lo pasa a buscar Emiliano Alfaro para ir a entrenar.

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