Contenido creado por Andrés Cottini
Fútbol Internacional
El bueno de Gregorio

Entrevista: "Con Tabárez somos muy amigos, casi como familiares”, dijo Gregorio Pérez.

"La pasamos mal, muy mal, y eso nos blindó", dijo Pérez sobre su infancia: "es un orgullo donde estoy porque no tuve lo que les di a mis hijos y a mis nietos".

27.11.2017 08:24

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2017-11-27T08:24:00-03:00
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El actual entrenador de Independiente de Santa Fé en Colombia y parte del útimo quinquenio con Peñarol, dio una nota sin desperdicio donde habló de su pasado, presente y futuro con su particular estilo.

Pérez, entevistado por el diario "El Espectador" del país cafetero, se refirió a su infancia, relación con el Maestro Tabárez y su vida actual.

"Me crié en un hogar humilde", comenzó diciendo el entrenador uruguayo que agregó "mis padres trataron de darme todo lo que podían dentro de sus posibilidades. Mi padre era obrero de una fábrica y mi madre, ama de casa. A mi hermana y a mí nos tocó hacer muchas cosas en la adolescencia para ayudarlos. La pasamos mal, muy mal, y eso nos blindó para otras cosas. Aprendí a ser consciente de la vida y a valorar todo. Es un orgullo estar en donde estoy porque no tuve lo que les di a mis hijos y a mis nietos".

"Mi papá me hizo hincha de Peñarol" contó Gregorio que amplió: "así que crecí admirando a todos los jugadores de mi equipo. Los de la década del 60 fueron mis ídolos, porque fue una generación que salió campeona de América y del mundo. Luego conocí a toda esa gente y fue algo gratificante. Quería ser como el Tito Goncalves"

Consultado sobre su relación con el "Mastro" Tabárez contó: "nos iniciamos juntos como entrenadores, el en un equipo y yo en otro. Hicimos carreras paralelas. Lo que pasó es que cuando él llegó a la selección uruguaya yo no estaba dirigiendo y me llamó para ver si quería acompañarlo. Lo acepté y para mí fue una experiencia bárbara. Dos años y medio trabajando juntos, fuimos al Mundial de Italia 90' y a la Copa América. Después él se fue para Boca y yo para Gimnasia y Esgrima de La Plata. Somos muy amigos, casi como familiares".

Además explicó que de quien más aprendió fue de: "Ricardo de León. Él marcó un antes y un después en el fútbol uruguayo. Era un genio obstinado. Lo tuve como entrenador y con él participé de un hecho histórico para nuestro país: romper con la hegemonía que traían Nacional y Peñarol. De su mano quedamos campeones con Defensor en 1976. Después fui su ayudante y el aprendizaje fue mayor".

Por último hizo referencia en que cambió el fútbol desde su época al día de hoy: "en lo que se mueve detrás. Ahora hay muchos intereses. En cuanto al juego, ahora es más atlético y se juega muy rápido".