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El camino recorrido por el deporte uruguayo en los Panamericanos; en primera persona

Los celestes completaron su actuación con nueve preseas en los Juegos Panamericanos y se proyectan para Tokio 2020, el sueño de todos.

14.08.2019 11:02

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2019-08-14T11:02:00-03:00
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Las horas pasaron desde el último fuego artificial de la ceremonia de clausura que puso cierre a los Juegos Panamericanos de Lima, donde Uruguay estuvo representando por la delegación más grande de su historia y se vino con una cosecha de nueve medallas.

Estar ahí, poder vivirlo, seguir a cada uno de nuestros compatriotas en cada disciplina sirve y mucho, para poder enmarcar lo conseguido, en una cita que es el escalón previo al gran sueño de todos; los Juegos Olímpicos, en este caso de Tokio 2020.

Para enmarcar lo realizado podemos ir a la estadística, donde ampliamente se superó la cosecha de las dos ediciones anteriores (Guadalajara 2011 y Toronto 2015). En ambas Uruguay se volvió con cinco preseas.

En cantidad, es el segundo botín histórico, igualado con México 1955 y Santo Domingo 2003, siendo sólo superado por las 12 medallas ganadas de San Pablo 1963.

De las nueve veces que Uruguay subió al podio, cinco de ellas fueron en deportes que integran el calendario olímpico (remo, atletismo por dos, karate y boxeo), mientras que las restantes se ganaron en disciplinas que no tendrán actividad en Tokio como pelota vasca, las clases snipe y foiling kite de la vela y el longboard del surf.

Además Uruguay obtuvo una clasificación olímpica de la mano de Pablo Defazio y Dominique Knüppel en el Nacra 17 de la vela, lo que incluso sin ser medalla, tiene un valor tan importante como haberla obtenido.

De preseas

Pero más allá de lo que las estadísticas pueden marcar, la competencia en Lima dejó varias confirmaciones importantes y que marcan presente y futuro de nuestro deporte.

El remo, ganador de la única medalla de oro en el cuádruple par con Leandro Salvagno, Marcos Sarraute, Bruno Cetraro y Martín González, volvió a premiar al trabajo y planificación de un deporte histórico de nuestro país, el más ganador de medallas a nivel de Juegos Olímpicos.

La apuesta grande estaba en este bote y para eso se apuntó fuerte, con el retorno del dos veces olímpico Leandro Salvagno, una preparación dura en España y una cuarteta convencida que dio la nota, haciendo sonar el himno uruguayo en Perú, algo que se no lograba en esta disciplina desde Indianapolis 1987 de la mano de Jesús Posse.

Entre las preseas de plata, Julian Schewizer en el surf (categoría longboard) demostró todo el potencial que traía en los papeles previos, el que incluso destacó durante la prueba el peruano Piccolo Clemente, campeón mundial y oro en su tierra. Si bien el surf debutará en una cita olímpica en Tokio 2020, lo hará únicamente en la categoría open.

Camila Naviliat y Jimena Miranda también estuvieron a la altura de un deporte siempre rendidor en cuanto a medallas como la pelota vasca y la dupla que ya había sido plata en la cita de Guadalajara 2011, repitió plato en Lima.

El retorno de Ricardo Fabini, esta vez junto a Florencia Parnizari, al snipe de la vela, también dio sus frutos con la obtención del segundo lugar, así como el debut del Kite Foiling con Nicolás Landauer que tuvo el mismo resultado, siendo protagonista de las regatas desde el arranque.

Otro deporte que no falla en los Juegos Panamericanos en su quinta edición al hilo ganando medallas, algo que consigue desde Santo Domingo 2003.

En cuanto a los bronces, Emiliano Lasa (quien estuvo muy cerca de bajarse de la prueba del salto largo por una lesión previa) y Déborah Rodríguez en los 800 metros, repitieron bronces de cuatro años atrás, confirmando su gran presente competitivo.

Maximiliano Larrosa, que se ganó a todo el estadio de Villa El Salvador a fuerza de actitud y afán de gloria, supo resurgir en Lima, ya que en Toronto 2015 había sido último en su categoría y ahora fue bronce sobreponiéndose con gran autoridad a una serie inicial muy compleja.

Por último, Lucas Fernández dio otra de las notas destacadas de la cita, cuando aseguró la presea de bronce para el boxeo en la categoría gallo, un deporte que llevaba 32 años sin alcanzar un podio y que volvió a festejar en Perú.

Confirmaciones

El cuarto puesto de Julieta Mautone en tiro (pistola de aire 10 metros), con récord panamericano incluido, marca la aparición más fulgurante de una joya en bruto a desarrollar. Con tan solo 19 años de edad y dos practicando este deporte, ya es protagonista muy respetada por rivales de más de 20 años en las competencias.

María Pía Fernández con récord nacional en los 1500 metros llanos del atletismo, así como el cuarto puesto de Santiago Catrofe en la misma prueba pero en la rama masculina, mostraron intenciones olímpicas en un año clave. Misma valoración para Martín Melconian, quien mejoró el registro regente en los 100 metros pecho de la natación y que estaba en su poder.

Sebastián Delgado arañó el podio en canotaje al ser cuarto, al igual que Dolores Moreira en la clase láser radial de la vela, aunque Lola llegaba tras el desgaste de la participación mundialista en Japón que fue días antes de los Juegos Panamericanos y en donde consiguió la clasificación a Tokio 2020.

Otros que bajaron récords nacionales fueron Rudi Lausarot en tiro (rifle de aire 10 metros), así como Sofía Rito, Enrique Juanicó y Rodrigo Marra, todos en pesas.

También es de destacar la participación de Nicolás Cuestas en la maratón con mejor marca personal y el debut de Nicole Frank y Micaela Sierra de la natación, ambas de 15 años de edad, futuro de la rama femenina de este deporte.

Capitulo aparte para Mauricio Vieyto y Marco Cairús en el voleibol playa, que quedaron a una pelota de acceder a semifinales en un duelo para el infarto ante Argentina y finalizando en la sexta ubicación.

Colectivos

Quizás los que quedaron en el debe fueron los deportes colectivos, comenzando por el fútbol que no pudo acceder al medallero, siendo el único conformado enteramente por profesionales y cayendo en semifinales, así como en la lucha por el tercer puesto.

Otro que decepcionó fue el rugby en su modalidad de seven a side, cayendo incluso inesperadamente con Jamaica en un duro revés y finalizando en la séptima colocación.

El básquetbol masculino, en proceso de recambio, estuvo lejos de la pelea como era previsible, igual que el 3x3 femenino que no pudo obtener victorias.

El hockey sobre césped en tanto finalizó en la quinta colocación de la clasificación, mismo lugar al que había llegado en Toronto 2015.

Pero más allá de lo que marca cada resultado final, podemos asegurar que hay madera, vocación y ganas de superación en cada uno de los miembros de la delegación. Entrega absoluta para enfrentar una realidad adversa en cuanto a inversiones e infraestructuras y algunas joyitas que auguran nuevas alegrias en el futuro.

Lima ya es historia, se viene Tokio y el reloj ya está en cuenta regresiva, en un 2020 que marcará un nuevo desafío para el deporte uruguayo.

Por Andrés Cottini l FútbolUy

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