Diego Lugano: "Uruguay siendo protagonista le rompe los huevos al negocio del fútbol"

El uruguayo Diego Lugano aseguró que "Uruguay rompe los huevos" siendo protagonista en las grandes competencias, porque a la industria del fútbol le sirve de "poco y nada para el negocio", pero que nuestra "cultura futbolística" nos permite seguir siendo protagonistas.

El ex capitán de la selección uruguaya dio una jugosa entrevista al programa "Marca en Zona" de la FM 94.7 de la vecina orilla y dejó algunos conceptos que marcan el camino recorrido de la celeste, el presente y futuro, además de repasar momentos inolvidables.

"Siempre fui amante de la historia del fútbol uruguayo, incluso antes de ser jugador", comenzó diciendo la "Tota" al referirse a las causas de que nuestro país se mantenga y generé un caudal de futbolistas que superen la media: "mi lectura es que tenemos una cultura fútbol que nace con la identidad nacional en la historia. Viene desde el comienzo y eso no se compra. Vos naces en cualquier lugar de la patria y lo primero que te enseñan es que la celeste es lo más grande que hay. El sentido de pertenencia a la camiseta de Uruguay es inigualable, eso nos permite seguir siendo competitivos en un deporte que se transformó en una industria del entretenimiento, cosas que otros países nunca van a poder comprar. Pasa de generación en generación y por eso seguimos siendo competitivos y lo seguiremos siendo porque nadie va a tirar esa cultura existente hacia atrás".

"Uruguay sencillamente rompe los huevos en las grandes competencias porque no le sirve a nadie", dijo sin pelos en la lengua y agregó: "a pesar de que la celeste ‘es linda', para muchos, hoy no es negocio. Que un país como Uruguay siga siendo protagonista es romántico, pero a la industria le sirve poco y nada.

Camiseta color cielo

"El sentido de pertenencia hacia nuestra camiseta es inigualable", aseveró más tarde Lugano y mencionó: "también es cierto que no siempre juega a favor, a veces nos ponemos una mochila demasiado pesada, por la historia, saber que no le podemos fallar a nuestro viejos, abuelos, lo que significa para nuestro país y es cierto que no deja de ser un deporte, que cuanto más suelto o livianito estés es mejor".

"Siempre lo hablamos en la interna", confesó y reflexionó: "¿hasta cuando es buena la pasión, ese sentido de pertenencia exacerbado o las locuras que hacemos por Uruguay?. Adentro de la cancha tenés que ser más ágil, rápido mentalmente, resolver mejor y cuando te cargas psicológicamente con toda la historia, el contexto y la historia del país, muchas veces no ha jugado en contra. Pero es algo que seguirá pasando porque somos así y es inevitable".

La "Tota" continuó luego haciendo mención a su ciclo en la selección uruguaya y relató: "la ventaja que tuvo nuestra generación, es que por primera vez en cien años, el fútbol uruguayo tuvo un proyecto a mediano plazo, encabezado por una figura única, como es el Maestro. Tabárez es único e irrepetible, desde lo humano, intelectual, etc".

Y agregó: "contamos con una estabilidad que nunca se había dado por eso de ‘pueblo chico, infierno grande'. En otras generaciones, algunas derrotas que tuvimos hubieran significado el fin y no existiría Forlán, ni Suárez, Cavani, Godín, Lugano ni nadie. Pudimos repetir experiencia dentro de la selección, generar un grupo humano mucho más cómplice que hace un núcleo fuertísimo y ese fue él porque volvimos a ser protagonistas, definir, competir y a partir de ahí poder pensar en salir campeones. Es la única manera que tenemos".

Arriba y abajo

Lugano fue consultado sobre su mayor alegría con la celeste y contó que se enmarcó en "volver a llevar a Uruguay a un Mundial, siendo protagonistas, con un equipo respetado, serio y siendo en parte responsable de ese momento. Ganar la Copa América en Argentina, fue otro momento que me marcó".

En cambio a la hora de referirse a la tristeza que le dejó el camino, contó: "tengo dos y están vinculadas a la selección porque es mi pasión. Primero cuando quedamos afuera del Mundial del 2006 tras perder por penales con Australia. Y la que más recuerdo, fue la Copa del Mundo en Brasil en 2014, que después del primer partido (Costa Rica) me rompí la rodilla y no pude jugar más. Lloré tres días seguidos, fue el mayor disgusto que me agarré en mi vida. Maracaná, Uruguay en Brasil, era capitán, hasta el día de hoy no lo puedo digerir".

Por último se refirió al futuro de Edinson Cavani y tiró sin dudar: "antes de Boca, se viene conmigo acá a San Pablo. Si vuelve a Sudamérica, lo vengo hablando desde hace tiempo, no es de ahora".