Christian Bravo y el fútbol uruguayo: "muchas veces es como jugar un partido de barrio"

El delantero de Peñarol, Christian Bravo, aseguró que jugar partidos en el fútbol uruguayo "es como ir a una guerra" y contó que el 80% de las canchas "no son buenas, con estadios a la antigua".

Bravo, entrevistado en Radio Agricultura de Chile, repasó su carrera y habló de su presente en los carboneros, donde aseguró: "es gratificante, lindo y satisfactorio haber llegado a Peñarol. Me ha costado mucho porque he tenido altos y bajos en mi carrera y ahora hay que mantener lo que uno demostró el último año en Uruguay (2019 con Wanderers). Llevó solo tres meses en el club y falta mucho por recorrer"

Consultado sobre el fútbol uruguayo, Bravo dio una visión bastante detallada de su parecer: "dos clubes son los que tienen los únicos estadios lindos y brindan las comodidades necesarias para el futbolista profesional; Peñarol y Nacional. Los demás clubes tienen estadios pequeños a la antigua, con gente pegada al alambrado, infraestructura de cemento y el 80% de las canchas no son buenas".

El chileno siguió narrando: "los partidos televisados son los de los grandes. A mí me tocó jugar en Wanderers, donde no me televisaban todos los partidos y muchas veces es como jugar un partido de barrio. Te metían como loco, me trataban de chileno tal y cual, me pagaban los ‘cornetes' por atrás, bien a lo barrio".

"En aquel entonces hablaba con compañeros uruguayos y la mayoría te decía que cuando salían al exterior era para quedarse y terminar sus carreras afuera. No son sueldos altos los que pagan en Uruguay y a veces es como una guerra ir a jugar", expresó.

Y recordó como fue su llegada a los bohemios: "era el único extranjero en mi equipo y en una pretemporada, con suerte tres me saludaron mirándome a la cara. Pero me los gané jugando. Me metían patadas, de todo, pero yo me levantaba, seguía jugando y les metía también. Es difícil, muy duro el fútbol uruguayo",

Y finalizó hablando de Diego Forlán: "es un técnico que le gusta mucho el trabajo y tiene el plus de haber sido jugado y de gran calibre. Jamás pensé tenerlo como entrenador y cada día te demuestra que sabe mucho. Me acuerdo un día que estábamos tirando unos tiros libres y agarró la pelota y le pegó de forma increíble. Además trabaja a la par de nosotros en lo físico, algo que nunca lo había visto. Te deja divertirte dentro de la cancha y te pide que seas tu mismo y eso es muy bueno".