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“Las sensaciones que tengo son de bronca. Merecíamos haber llegado mínimamente a los penales. Nos quedan esas controversias de este partido y del anterior que condicionan cosas. Los méritos los hicimos sobradamente para ganar por dos goles, más allá de que nos faltó un poco de precisión en tres cuartos de cancha y agresividad arriba para llevarnos por delante a River”, dijo Gustavo Alfaro, entrenador de Boca Juniors, tras la victoria por 1-0 sobre River Plate que marcó su eliminación en semifinales de la Libertadores.
“Tuvimos las chances claras para terminar ganando el primer tiempo y seguimos siendo optimistas en pos del resultado. Lo buscamos en todo momento, conseguimos abrirlo y tuvimos las chances al final, asumiendo los riesgos que sabíamos que había que asumir. Nos queda esa bronca y sensación de injusticia y manos vacías ante la posibilidad de no haber llegado a un resultado que merecimos ampliamente”, añadió.
“Fui muy criticado porque pateamos cuatro tiros al arco en la ida, y hoy River no pateó al arco. Está bien; estaba 2-0 arriba y había un montón de atenuantes que podían estar a favor o no. Boca fue muy superiores y les dije a los jugadores que no tengo reproches”, comentó Alfaro.
“Tuve demasiados problemas para llegar a estos partidos; jugadores que jugaron más con el corazón que con los pulmones, diezmados y sin poder entrenar. Hubo jugadores importantes lesionados y hubo que improvisar en determinados puestos, armando más lo que se podía que lo que se quería. Así y todo estos muchachos dejaron la piel y merecían por lo menos haber llegado a los penales. La diferencia a lo largo de los 90 minutos fue evidente y notoria”, analizó.
“La finitud de los resultados dirá que esto es un fracaso. Entonces Boca viene fracasando desde 2007 hasta acá porque todo está mal si no ganás la Libertadores, y me parece que no es así. Hubo procesos muy buenos de Guillermo y de Arruabarrena. En esa sensación de necesidad de espiar nuestras culpas y encontrar rápidamente responsables, a veces se analiza más con la pasión que con la racionalidad”, agregó.
“¡Qué lindo que es para la gente ser hincha de Boca! No todos tienen la dignidad que tiene el hincha de Boca para, en el momento más duro, aplaudir al equipo como lo aplaudió hoy”, manifestó el entrenador, y dejó algunas palabras con sabor a despedida para cuando termine el año, al decir que “fue un aprendizaje muy duro” dirigir a Boca, un club que tendrá elecciones en diciembre.
“No es fácil estar en estos vestuarios y en estos pasillos. No es fácil estar en esta silla ni tomando las decisiones que hay que tomar, haciendo frente a las cosas que tenés que soportar y que se dijeron, que a veces te pegan con bajeza. Hoy siento que después de todo este tiempo, y después de la derrota más dolorosa, aprendí mucho. Estoy muy orgulloso del plantel que tengo”, señaló.
Consultado directamente por la posibilidad de seguir en el cargo a partir de enero, dijo que no le corresponde porque “el club está en una disyuntiva política” por las elecciones. “Cuando hace dos meses Nicolás Burdisso (mánager del club) quiso hablarme de renovación le dije que no era momento y que no correspondía, más allá de lo que pasara o de lo que no pasara (…) Yo lo que quiero es terminar con estos jugadores los partidos que nos faltan de la mejor manera posible y después irme a mi casa y recuperar mi vida”, concluyó.
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