Agustín Oliveros, el defensor de la sub-23 que sueña con ser olímpico en Tokio y contador

Agustín Oliveros tiene 21 años y debutó en el primer equipo de Racing el 2 de junio de 2018, cuando tenía 19. Fue derrota 2-0 ante Danubio y jugaba como zaguero. Desde entonces disputó 22 partidos, aunque la mayoría fueron en este 2019 (17) y casi siempre ocupando la posición de lateral izquierdo.

Hoy, con perfil bajo y lleno de ilusión, se metió en la lista de la selección uruguaya que participará del Preolímpico sub-23 en Colombia, un torneo que otorgará dos cupos para Tokio 2020. El entrenador Gustavo Ferreyra lo ratificó en la nómina definitiva y tendrá su debut a todo nivel con la Celeste, ya que nunca fue llamado en categorías formativas.

“Era una lista muy pareja. En las prácticas no sabías para dónde podía arrancar Gustavo para dejar afuera a tres. Era muy difícil”, contó al programa Último al Arco, de Sport 890, sobre sus chances previas a los últimos tres cortes y la sensaciones al quedar citado.

Consciente de que la preparación empezó tarde y jugando amistosos ante selecciones del interior, reconoce que que “hay otras selecciones como Brasil y Argentina que vienen trabajando hace un tiempito y con amistosos internacionales, pero es lo que toca”. “Vamos a estar preparados para ir a pelear por un lugar en los Juegos Olímpicos”, dijo.

Esta oportunidad lo encuentra poco después de haber descendido con Racing. “Fue un golpe durísimo, pero días después me llegó esto de la selección. Son oportunidades que se te presentan. Capaz que nunca lo hubiera pensado, pero es una vidriera importantísima la selección. Hay que tratar de aprovechar lo que pueda pasar”, señaló.

Tiene dos años más de contrato con Racing y cuenta con chances de cambiar de club, pero prefiere que su representante, Marco Vanzini, no lo distraiga. “Le pedí que me dejara por fuera porque quiero concentrarme a morir acá en la selección, donde es un sueño poder estar. Después se te vuela la cabeza y te empezás a desenfocar”, advirtió.

No obstante, sabe que estuvo en carpeta de Nacional antes del fichaje de Ayrton Cougo y lo define como “un orgullo”. “Es un cuadro grande y sería un placer jugar ahí. Vanzini me comentó que había algo de Nacional y también de Peñarol, pero le pedí cautela en ese sentido y que no me contara nada. Me conozco. Uno arranca a hacerse la cabeza y después es difícil controlarse”, reconoció.

Por último, contó que compatibiliza los horarios de entrenamiento con la Facultad de Ciencias Económicas, donde está cursando segundo año. “Tiempo para hacerlo se tiene. El mayor problema que hay es cuando se posponen los horarios, pero vengo bien. Voy a ser contador”, aseveró Oliveros, quien cree que el estudio ayuda a la hora de jugar.

“En la cancha hay situaciones en las que te ayuda a resolver más rápido o a identificar la decisión a tomar. Pero lo más importante es fuera de la cancha con el manejo de tu vida y el relacionamiento con los compañeros. Ahí se ve la mayor mano que te da el estudio”, concluyó Oliveros, quien tiene dos años más de contrato con Racing.