Contenido creado por José Luis Calvete
Nacional
Positivo Muñeco

La era Gallardo en Nacional

El balance de la etapa de Marcelo Gallardo como director técnico de Nacional fue positivo. Utilizando a 37 jugadores en partidos oficiales y logrando el 65% de los puntos que disputó, ganó el Campeonato Uruguayo con justicia y revirtió momentos difíciles. La espina clavada fue la competencia internacional.

19.06.2012 12:03

Lectura: 5'

2012-06-19T12:03:00-03:00
Compartir en

Montevideo Portal

Cuando comenzó la etapa de Marcelo Gallardo como entrenador de Nacional, todo era incertidumbre. Es que se trataba de un profesional nuevo, que acaba a de retirarse como futbolista justamente en el club al que iba a dirigir, y que iba a tener bajo sus órdenes a los mismos jugadores con los que días atrás había compartido el vestuario. La decisión de la Comisión Directiva que encabeza el presidente Ricardo Alarcón, era, al menos, arriesgada y hasta polémica.

Pero el argentino, con trabajo y logros, se encargó de disipar cualquier tipo de dudas. Dos días después de haber concretado el objetivo para el que se lo contrató, anunció su renuncia para poder estar junto a su familia (ver nota) y se fue por la puerta grande, consciente de que puede volver en cualquier momento y que su nombre será uno de los candidatos naturales a suceder a futuros técnicos cesados.

Claro que ese crédito se lo tuvo que ganar, y de hecho no le fue fácil. En primera instancia, no todo el pueblo tricolor confió en lo que fueron sus primeras contrataciones. Se concretó la llegada de Álvaro Recoba antes que ninguna, y ya la sola presencia del Chino dividía, no sólo a la tribuna, sino también a la propia dirigencia. Poco le importó al Muñeco, quien ya contó con él desde un principio y obtuvo réditos desde el primer partido.

Aquel 14 de agosto de 2011, cuando Nacional empató 3-3 con River Plate en el Centenario por la primera fecha del Apertura, Recoba empezó a mostrar parte de esa pilcha de héroe que terminó poniéndose en los partidos importantes. Con apenas un minuto en cancha, a los 75', un zurdazo suyo puso el 3-2 parcial. Si ese partido servía para que algunos ya empezaran a ilusionarse con el Chino y con el acierto que significó contratarlo, también fue suficiente para que varios les hicieran la cruz a Diego Placente y Fernando Poclaba. Éste último, de hecho, jugó el primer tiempo y nunca más vio acción.

Rodrigo Muñoz; Alexis Rolín, Jadson Viera, Poclaba y Placente; Matías Cabrera, Facundo Píriz y Maximiliano Calzada; Matías Sosa; Tabaré Viudez y Richard Porta fueron los que arrancaron jugando. Lo de Sosa tampoco fue bueno y también se abrió la interrogante respecto a su llegada, al igual que Matías Vecino, quien debutó en la fecha siguiente ante Defensor y fue cuestionado por un sector de la platea al que el Muñeco dedicó un gol del juvenil ya en el Clausura.

Ese primer equipo, poco tuvo que ver con el que luego protagonizó una remontada espectacular. Sólo una vez repitió Gallardo los 11 de un encuentro a otro durante los 39 que dirigió, sea por bajos rendimientos, lesiones o suspensiones. Tambaleó su continuidad en la séptima fecha, tras perder ante Bella Vista el invicto a nivel local. Ese mazazo ante un equipo papal que venía último y sin puntos, se sumó a la eliminación a manos de Universidad de Chile en la Sudamericana cuatro días atrás, con baile incluido en el Parque Central.

Las voces discordantes de hinchas y periodistas no se hicieron esperar, pero el equipo respondió con fútbol y goles. A partir de la octava fecha, arremetió con todo y ganó siete de los ocho cotejos que disputó, incluyendo el recordado clásico del gol de Recoba de penal. Contra varios pronósticos que ya lo daban por muerto en el Apertura, llego al título curiosamente obteniendo menos puntos de los que consiguió en el Clausura. La diferencia estuvo en el rival; Peñarol, el del primer semestre, se cayó a pedazos en el tramo final, y Defensor, el del segundo, no aflojó hasta que dio la vuelta olímpica.

Después de ese título que renovaba el crédito del argentino, llegó un segundo semestre donde se siguieron sumando argentinos; Damonte y Píriz se incorporaron a un equipo que ante la baja de Muñoz sumó experiencia con Jorge Bava, Andrés Scotti y Vicente Sánchez. El plantel se hizo extenso y nunca dudó Gallardo en apelar a una rotación que no fue del todo efectiva. Los cambios numerosos de un partido a otro se hicieron moneda corriente, debido a que los suplentes prometían; en su debut en 2012 empataron 0-0 por la Copa Bimbo ante los titulares de Peñarol y cumplieron. Una semana después, los titulares ganaron 1-0 al tradicional rival con cabezazo de Jadson Viera.

El debut con triunfo en la Libertadores ante Vasco da Gama encendió la ilusión alba, pero tres derrotas en los cuatro partidos siguientes lo hicieron llegar a la última jornada sin posibilidades de clasificación. De allí en más, el objetivo pasó a ser la Tabla Anual y se obtuvo, con una nueva remontada clásica que fue una muestra de personalidad. El resto de la historia es más reciente y no hace falta refrescarla, como sí algunos números.

Al cierre de su período al frente de Nacional, el Muñeco dirigió 39 encuentros oficiales con 23 ganados, siete empatados, nueve perdidos, 74 goles a favor y 41 en contra, y una efectividad del 65% de los puntos ganados. Los números en el plano local son muy buenos, y quedó la espina clavada en lo internacional. Por el Uruguayo, Gallardo estuvo en 31 partidos, de los cuales ganó 21, empató siete y perdió apenas tres, con 69 tantos anotados y 31 recibidos.

Más allá de la espina clavada en la Libertadores y la Sudamericana, el balance terminó siendo positivo no sólo si se considera el título ganado, sino además teniendo en cuenta que bajo su conducción se potenciaron Gonzalo Bueno, Renato César y Alexis Rolín (debutantes con Juan Ramón Carrasco), y debutaron Darwin Torres y Gonzalo Vega.

Montevideo Portal