Robert Flores, el enganche tricolor

Robert Flores fue la primera buena noticia que recibió Luis González, entrenador de Nacional, al mando del plantel tricolor. El enganche de 24 años que hace un par de temporadas surgió como “el hermano de Darío” en el River Plate de Juan Ramón Carrasco, vuelve al país para revalidar sus credenciales de muy buen jugador.

En diálogo con Montevideo Portal, confirmó que por asuntos administrativos aún no ha hecho fútbol con el resto del plantel, ya que recién el sábado llegaron unos papeles que estaban faltando, y entre lunes y martes quedará todo pronto cuando Villarreal mande lo necesario para dar por cerrado el trámite.

Por tal motivo, el jugador se entrena desde el lunes “con mucho trabajo físico, pero la pelota sólo la toco en los calentamientos. Al no haber firmado todavía, no empecé con los espacios reducidos con mis compañeros”, señaló.

Si bien Flores comenzó los trabajos tras un mes sin actividad y considera que “tanto tiempo a veces puede complicar”, tiene un físico que no es propenso a engordar y rápidamente recuperará la forma.

Por ello, confirma que “para el próximo fin de semana, cuando se juegue la Copa Carlos Gardel, ya voy a estar a la orden”, dispuesto a empezar a ganarse un lugar entre los titulares y buscando la continuidad que se le negó en España, “por cosas inentendibles que tiene el fútbol”

A pesar de no tener los minutos deseados en sus últimas dos temporadas, el jugador destaca que “siempre fui profesional y me entrené al máximo”, y a la hora de marcar diferencias entre el juego que se desarrolla en Europa y Uruguay, no duda en señalar que “allá se juega más rápido, y para eso las canchas ayudan muchísimo. El pasto es bien corto y le da otra velocidad al juego.

Volviendo a su presente tricolor, declaró que aún no ha hablado con su entrenador sobre lo que pretende de él ni de otros aspectos de juego, pero valoró positivamente la manera en que lo recibió el plantel.

El talentoso volante reveló que “no conocía a nadie, más allá de haber jugado en contra cuando estaba en las inferiores de River o en el primer equipo. Me encontré con un buen grupo, con mucha gente joven. Hay buenos muchachos y me integraron muy bien, me hicieron sentir cómodo desde el primer momento”.

También tuvo tiempo para recordar el recibimiento en Villarreal y River de Argentina, en donde también “tuve buenos compañeros. En Villarreal éramos todos jóvenes y estábamos con la misma cabeza”.

En el conjunto millonario la cosa fue distinta, “había gente más grande, era más difícil”. Consultado sobre la situación de su ex club en la vecina orilla, que arrancará la próxima temporada en la última ubicación de la tabla de los promedios, confesó que “si bien no me da lo mismo, tampoco me mueve demasiado. No me hago cargo de la situación a pesar de haber formado parte del grupo, porque después tuvo tiempo para recuperarse. Creo que tiene material como para revertir la situación”.