Fútbol Internacional

Llama la atención

Rusia 2018: El mexicano Juan Villoro escribió sobre el cariño de Griezmann por Uruguay

Villoro afirma en su columna de El País de Madrid que luego del gol a Uruguay, Griezmann "parecía haber leído la historia más triste de Onetti".
15.07.2018 09:41

El periodista y escritor mexicano Juan Villoro dedicó una columna de opinión en el periódico El País de Madrid al curioso caso de Antoine Griezmann y su amor por Uruguay. "Los aficionados de naciones perdedoras solemos tener un segundo país para que nuestras emociones lleguen lejos. Lo raro es que un jugador tenga una segunda selección", se encabeza el texto titulado "La gratitud del enemigo".

Villoro resalta "lo insólito" de que un futbolista no festeje un gol propio contra otra selección, práctica que señala como habitual en el fútbol de clubes, donde los jugadores no festejan contra sus ex equipos.

"El delantero francés no mostró su habitual sonrisa de niño en una feria. Parecía haber leído la historia más triste de Onetti", escribió acerca del momento en que el remate de Griezmann y la mala suerte de Muslera se encontraron.

El autor recuerda entonces la larga trayectoria de Griezmann, siempre encontrándose con uruguayos en los clubes donde jugó. Desde Lasarte, Carlos Bueno y Diego Ifrán en Real Sociedad al Cebolla Rodríguez, Josema Giménez y Godín en Atlético Madrid.

Al capitán celeste lo define como un "defensa de leal bravura" y resalta que se haya ido de la Copa del Mundo sin siquiera una tarjeta amarilla. Recuerda entonces la anécdota de Obdulio Varela luego del Maracanazo. Aquel capitán, campeón del mundo, que prefirió pasar la noche luego del triunfo entre brasileños y no festejando con los uruguayos.

"El tiempo encuentra formas peculiares de pagar deudas. 68 años después de la gesta de Varela, el capitán de Uruguay era Godín. Griezmann no pudo ser su enemigo. Después de anotar, bajó la vista, como si el árbitro hubiera ordenado que la jugada fuera revisada por el VAR. Debía ser revisada por nosotros: el fútbol existe para tener derecho a la alegría, pero es tan raro que vale más si un jugador suprime su alegría", concluye la columna del célebre escritor.